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<aside> 💡 Luego de haber decidido aceptar el desafío de prepararme para rendir los exámenes del CFA Institute Program, me llamó la atención, para bien, la importancia que se le otorga a la cuestión de ejercer la profesión bajo estrictos códigos y estándares de ética profesional. Si bien habitualmente conocemos, o creemos conocer, los límites éticos en una profesión; todo profesional debe revisar y reflexionar continuamente sobre las condiciones éticas que deben regir y se deben respetar durante el ejercicio de la profesión. La integridad de la profesión inversora se basa en la confianza, y el mantenimiento de los más altos estándares éticos muchas veces superan los estrictamente normados dentro de los límites jurídicos de un país en cuestión. Simplemente alimentar la inclinación a hacer lo correcto no es rival para la multitud de decisiones diarias que toman los administradores de inversiones. Necesitamos ejercitar habilidades de toma de decisiones éticas para desarrollar la memoria muscular necesaria para que las personas fundamentalmente éticas tomen buenas decisiones a pesar de la realidad de los conflictos entre agentes. Así como el entrenamiento y la práctica transforman la capacidad para progresar en nuestra carrera profesional; el enseñar, reforzar y practicar habilidades de toma de decisiones éticas nos prepara para enfrentar los problemas difíciles de manera efectiva. Es bueno para las empresas, los individuos, la industria y los mercados, así como para la sociedad en su conjunto, ejercer la profesión de gestión de inversiones de una manera altamente ética.

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📌 Por qué es importante la ética

La ética se puede definir como un conjunto de principios morales o reglas de conducta que orientan nuestro comportamiento cuando éste afecta a otros. Los principios éticos fundamentales ampliamente reconocidos incluyen la honestidad, la equidad, la diligencia y el cuidado y respeto por los demás. La conducta ética sigue esos principios y equilibra el interés propio con las consecuencias directas e indirectas de ese comportamiento para otras personas.

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El comportamiento poco ético por parte de los individuos no sólo tiene graves consecuencias personales (que van desde la pérdida del empleo y el daño a la reputación hasta multas e incluso cárcel), sino que la conducta poco ética de los participantes del mercado, los profesionales de la inversión y aquellos que prestan servicios a los inversores puede dañar la confianza de los inversores y, por tanto, perjudicar la sostenibilidad de las empresas y de los mercados de capitales globales en su conjunto.

Desafortunadamente, parece haber un desfile interminable de historias que sacan a la luz fraudes y manipulaciones contables, esquemas Ponzi, escándalos de uso de información privilegiada y otras fechorías. Por lo que no sorprende que esto haya llevado a una erosión de la confianza del público en los profesionales de la inversión.

Históricamente, los gobiernos y los reguladores han intentado combatir las malas conductas en la industria mediante reformas regulatorias, con diversos niveles de éxito. Los mercados de capital globales están altamente regulados para proteger a los inversores y otros participantes del mercado.

Sin embargo, el cumplimiento de la regulación por sí solo no es suficiente para ganarse plenamente la confianza de los inversores. Los individuos y las empresas deben desarrollar una “cultura de integridad” que impregne todos los niveles de operaciones y promueva los principios éticos de administración de los activos de los inversionistas y trabajar en el mejor interés de los clientes, más allá del estricto cumplimiento de la ley.

<aside> 📌 Una cultura ética sólida que ayude a personas honestas a adoptar un comportamiento ético fomentará la confianza de los inversores, conducirá a mercados de capitales globales sólidos y, en última instancia, beneficiará a la sociedad. Por eso es importante la ética.

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💼 Ética, sociedad y mercados de capitales

El mercado de capitales juega un rol fundamental en la transmisión de recursos y en facilitar la asignación eficiente de los mismos para que el capital disponible encuentre su camino hacia los lugares donde más beneficie a la sociedad.

Estas inversiones se utilizan luego para producir bienes y servicios, financiar innovación y empleo, y promover mejoras en los niveles de vida.

Los mercados de capitales eficientes, a su vez, brindan una serie de beneficios a quienes proporcionan el capital de inversión.

Los inversores tienen la oportunidad de transferir y transformar el riesgo porque los mercados de capitales facilitan el intercambio de información, crean productos de inversión, proporcionan liquidez y limitan los costos de transacción.

Sin embargo, para que un mercado de capitales eficiente funcione bien, se necesita de la confianza entre los participantes. Si los inversores sienten desconfían o creen que no se puede confiar sus activos financieros a los participantes en el mercado de capitales (profesionales y empresas de inversión) o que los mercados de capital son injustos y que sólo los que están dentro pueden tener éxito, será poco probable que inviertan o, al menos, exigirán una prima de riesgo más alta. La disminución del capital de inversión puede reducir la innovación y la creación de empleo y perjudicar a la economía y a la sociedad en su conjunto. La menor confianza en los mercados de capitales también puede dar como resultado una industria de inversión menos vibrante, más pequeña, y con menos oportunidades no solo para inversores, si no también para aquellos que buscan financiamiento.

La ética para una industria de inversión global debe ser universal y, en última instancia, respaldar la confianza y la integridad por encima de las costumbres y culturas locales o regionales aceptables. La ética universal para una industria global respalda firmemente la eficiencia, los valores y la misión de la industria en su conjunto. Diferentes países pueden estar en diferentes etapas de desarrollo en el establecimiento de estándares de práctica, pero el objetivo final debe ser lograr reglas, regulaciones y estándares que apoyen y promuevan principios éticos fundamentales a nivel global.