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La gestión del riesgo de contraparte se está volviendo más desafiante y compleja, lo cual es originado no solo por un entorno económico, político y regulatorio global en continuo cambio, si no tambien a la incapacidad de muchos modelos de negocio de adaptarse a los mismos.
El riesgo de contraparte es la probabilidad de que uno de los involucrados en una transacción incumpla su obligación contractual. El riesgo de contraparte puede existir en transacciones crediticias, de inversión y comerciales. Particularmente se refiere a la posibilidad de que una de las partes incumpla sus obligaciones contractuales en la transacción. Tanto los prestamistas como los inversores están expuestos a cierto grado de riesgo de contraparte. Si se determina que una de las partes tiene un mayor nivel de riesgo, normalmente tendrá que pagar una prima de riesgo para compensar a la otra parte.
En todas las transacciones financieras existen diversos grados de riesgo de contraparte. El riesgo de contraparte también se conoce como riesgo de incumplimiento. El riesgo de incumplimiento es la posibilidad de que las empresas o los individuos no puedan realizar los pagos requeridos por sus obligaciones de deuda. |Los prestamistas y los inversores están expuestos al riesgo de impago en prácticamente todas las formas de concesión de crédito. El riesgo de contraparte es un riesgo que ambas partes deben considerar al evaluar un contrato.
Si una de las partes tiene un mayor riesgo de incumplimiento, generalmente se adjunta una prima a la transacción para compensar a la otra parte. La prima agregada debido al riesgo de contraparte se llama prima de riesgo.
En las transacciones financieras minoristas y comerciales, los acreedores suelen utilizar los informes crediticios para determinar el riesgo crediticio de la contraparte. Las calificaciones crediticias de los prestatarios se analizan y monitorean para medir el nivel de riesgo para el acreedor. Una puntuación crediticia es un valor numérico de la solvencia crediticia de un individuo o de una empresa, que se basa en un conjunto diverso de variables.
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Muchos factores afectan el puntaje crediticio, incluido el historial de pagos de un cliente, el monto total de la deuda, la duración del historial crediticio y la utilización del crédito, que es el porcentaje del crédito total disponible de un prestatario que se está utilizando actualmente. El valor numérico de la puntuación crediticia de un prestatario refleja el nivel de riesgo de contraparte para el prestamista o acreedor.
Si el prestatario tiene un puntaje crediticio bajo, el acreedor probablemente cobrará una tasa de interés o una prima más alta debido al riesgo de incumplimiento de la deuda. Los bancos, por ejemplo, cobran tasas de interés superiores a aquellos clientes con puntajes crediticios bajos, mientras que simultáneamente ofrecen un interés del 0% a los clientes que tienen un crédito excelente o puntajes crediticios altos. Si el prestatario tiene un retraso en los pagos de 60 días o más, o excede el límite de crédito de la tarjeta, los bancos generalmente añaden una prima de riesgo o una tasa de penalización, lo que puede elevar sustancialmente la tasa de interés de la tarjeta.
<aside> 💡 ¿Cuál es un ejemplo de riesgo de contraparte? El riesgo de contraparte se refiere a la probabilidad de que una persona que realiza una transacción incumpla su obligación contractual. En el caso de un prestamista como un banco, un ejemplo de riesgo de contraparte sería la calificación crediticia del prestatario.
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A pesar de las mejores intenciones, los incumplimientos ocurren. Para las personas que han pedido dinero prestado, por ejemplo, la pérdida de un trabajo o costos inesperados podrían contribuir a un aumento en la probabilidad de incumplir ese préstamo. Para las empresas, pueden contribuir factores internos, como problemas operativos, o factores externos, como una desaceleración de la economía. Existe una amplia variedad de factores que pueden generar riesgo de contraparte.
El riesgo de crédito y el riesgo de contraparte están relacionados pero son diferentes. El riesgo de crédito es un tipo particular de riesgo que se refiere a la posibilidad de sufrir una pérdida como resultado del incumplimiento de un préstamo por parte del prestatario. Normalmente, el riesgo crediticio está asociado con los bancos y otras instituciones crediticias. El riesgo de contraparte, por otro lado, se refiere en términos generales al riesgo de una pérdida como resultado del incumplimiento de una parte en una transacción.
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Estimar el apetito de riesgo y encontrar un equilibrio adecuado entre riesgo y recompensa debe ser un proceso dinámico que se construye sobre una combinación de factores cualitativos y cuantitativos. Generalmente se realizan pruebas de estrés y se utilizan herramientas cuantitativas sofisticadas, que si bien son necesarias, de ningún modo pueden considerarse suficientes.
De hecho, si bien las pruebas de estrés, cuando se las combina con análisis de escenarios cuidadosamente construidos, pueden resultar muy útiles, aun así e incluso en las mejores circunstancias, las pruebas de estrés nunca pueden anticipar cómo se desarrollarán las condiciones futuras.
La dependencia excesiva de herramientas cuantitativas puede producir resultados que carecen de credibilidad.
En otras palabras, estimar umbrales aceptables de apetito por el riesgo es más un arte. que una ciencia. Necesariamente, el proceso debe depender de múltiples clases de
insumos cuantitativos, incluida una familia de análisis de escenarios y pruebas de tensión. Sin embargo, en el mejor de los casos, los insumos cuantitativos solo pueden proporcionar información sobre una variedad de posibles estimaciones de pérdidas que ayudan a guiar los juicios sobre el apetito por el riesgo.
La tarea de la alta dirección, los consejos de administración y los supervisores de gestión de riesgos deben incorporar en la evaluación y definición del apetito de riesgo, juicios necesarios en cuanto a factores tales como incentivos, la calidad del entorno de control, el punto en el ciclo económico
y otros insumos cualitativos que deberían moderar los factores cuantitativos ya sea a un
mayor o menor apetito por el riesgo.